3. Más colores todos los días, frutas y verduras de temporada en cada comida.

En mi última entrada intenté hacer una explicación sencilla de los diferentes cambios que se dan en nuestro cuerpo cuando dejamos de absorber nutrientes que funcionan como materia prima inmediata. Esta serie de cambios metabólicos cuyo objetivo es seguir disponiendo de glucosa y otras moléculas que se convierten en energía los llamamos genéricamente mecanismos del ayuno.

En sí el ayuno no es malo, sino protector. El error es interpretarlo como una ayuda para reducir las reservas de grasa. Así, que lo más sano es durante el día evitar pasar más de 4-5 horas sin comer, hacer una cena adecuada y desayunar en un periodo de 8-9 horas.

Hoy me ocuparé de dar algunos datos sobre el consumo de frutas y verduras… las eternas olvidadas de nuestras rutinas, listas de mercado y menús. Por su aparente pronta fecha de caducidad, engorrosa disposición y aburrido sabor, no las encontramos con mucha frecuencia en los interrogatorios nutricionales de la consulta.

Cuando nos encasillamos en cumplir las recomendaciones y cálculos nutricionales, buscamos cubrir un mínimo de 5 raciones al día de alimentos de origen vegetal y frutas, frescos y de diferentes colores, indicación que para muchos es complicado de cumplir.

Para empezar debo aclarar que las frutas, las verduras y hortalizas aportan en su mayor parte hidratos de carbono de absorción rápida, con in índice glicérico medio sobre todo por el contenido de fibra, además vitaminas, minerales y fitonutrientes tan de moda, más variados y saludables mientras más colores tengan (antioxidantes por ejemplo).

Debido a su volumen y contenido de agua, la ración y el aporte de calorías es variable, pero mucho menor que cualquier otro hidrato de carbono almidonado como los cereales (arroz, pan, patata, etc.). Esto quiere decir que así veamos que la ración es muy grande, no sobrepasará calorías indicadas y además nos saciará gracias a la fibra.

Como primer paso para llegar a cubrir la recomendación trabajo en conjunto con los pacientes hacer una lista de frutas y verduras probados y que le gusten, y otra de aquellos que podrían probar. Comenzamos por siempre incluirlos en la comida del medio día y una merienda. Poco a poco, se incluyen en le desayuno, la cena y una segunda merienda si la hubiere.

Es normal pensar que en el desayuno y las meriendas es más sencillo comer frutas (Total 3 raciones) y la comida y la cena verduras y hortalizas (2-4 raciones)… ¿Pero si en el desayuno preparamos una tortilla de huevo con espinaca, una tostada con tomate? ¿O si para la merienda tomamos palitos de zanahoria con hummus o crema de berenjenas?

Por ejemplo, si a la ensalada de berros le agregamos fresas o kiwi y a una de repollo manzana y uvas, estaríamos incluyendo frutas en la comida y la cena, sin pensar en la aburrida manzana roja sobre la mesa.

De manera práctica una ración de verduras y hortalizas equivale a una taza para aquellas con menos almidón como lechuga, tomate, pimiento, berros, acelga, berenjena, brócoli, repollo, espárrago, espinaca, calabacín, ect. y media taza para la cebolla, zanahoria, judías (vainitas), etc.  Cuando sirviendo nuestro plato en comidas principales una manera sencialla de acertar es llenando la mitad con vegetales frescos o cocidos.

Para las frutas las raciones son aún más sencillas.  Todas a quellas que nos caben en la palma d ela mano sería una unidad o dos, dependiendo de cuantas caben, por ejemplo: 1 manzana, pera, naranja, guayaba, melocotón; 2 mandarinas, kiwis, ciruelas, duraznos.  Los que debemos cortar sería una taza:sandía (patilla), melón, papaya o lechosa, piña. Las pequeñas dependerán del tamaño, pero el en caso de fresas y uvas podría ser de 6-12 unidades.

Las opciones para incluir alimentos frescos, sin mucha preparación previa y muchos colores en nuestro menú diario son miles. Lo más indicado es comenzar poco a poco para aprender a conocer los alimentos, su mejor momento y no mal gastar dinero. Planificar incluir una comida y un alimento que probar cada semana y atreverse.

En poco tiempo tu cuerpo te los agradecerá. Perderás peso, mejorará tu piel, tu cabello, sentirás menos sed, tu intestino funcionará mejor y muchas cosas más…

Recomiendo la iniciativa de “5 al día”, asociación sin ánimo de lucro encargada de fomentar el consumo de frutas y hortalizas frescas a nivel mundial. Tienen recursos educativos, tips, recetas, recomendaciones para el aprovechamiento de los alimentos muy sencillos, coloridos y nutritivos…. Como las FRUTAS y las HORTALIZAS.

5aldia

 

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Comer o no comer: Agua tibia con limón.

Desde hoy comienzo una nueva sección titulada Comer o No Comer, su finalidad será exponer mi punto de vista sobre alimentos recomendados, de moda, novedosos o esos depiclab.png toda la vida, pero de los que podemos tener algo nuevo que decir o algo que resaltar.

Ya tenemos un tiempo escuchando, observando y leyendo sobre la recomendación de beber agua tibia con limón en ayunas.  Normanlemente viene de un personaje popular en redes sociales, alguna modelo con medidas perfectas o defensores de la alimentación natural, orgánica, detox o alcalina.

Las primeras veces que lo leí, como casi siempre comencé a leer sobre el tema para intentar encontrar algún fundamento científico, porque si bien he estudiado mucho, cada día salen a la luz nuevos estudios y en el campo de la nutrición la información vuela.  La realidad es que no he encontrado nada en las fuentes de consulta médica clásica, solo he conseguido muchas «opiniones», «recomendaciones», infografías, etc., que tienen una influencia y propagación viral por internet.

Entonces, decidí hacer mi propio criterio partiendo de la lógica, los conocimientos y la experiencia personal.  Desde hace un más de un año, tomé una decisión: aumentar mi consumo de líquidos (como recomiendo a todos mis paientes) y disminuir la cafeína en mi vida, porque la verdad no me estaba sentando nada bien.  En un intento de auto-experimento comencé a tomar 1 taza de agua tibia con el zumo de medio limón amarillo y una cucharadita de chía, mientras hacía el desayuno y las loncheras de mis hijos.

En el transcurso de 1-2 meses me di cuenta que no me hacía falta el café al levantarme, es decir podía funcionar sin cafeína, a veces incluso todo el día, que mis riñones funcionaban mejor, orinaba más claro, bebía más agua a lo largo del día y que era casi un ritual. Total decidí mantener el hábito y además recomendarlo a mis pacientes en tratamiento de pérdida de peso, sobretodo si presentaban bajo consumo de agua, retención de líquidos o dificultad para establecer hábitos y rutinas.

Entonces, ¿sirve o no sirve?, ¿lo recomiendo o no?.

Para qué creo que sirve y para qué lo recomiendo:

  • Para establecer asegurar el consumo de agua desde primera hora de la mañana.
  • Para comenzar el día despertando a nuestro cuerpo un líquido a una temperatua agradable y sin agresión (cafeína, azúcar, temperatiras extremas…)
  • Para crear hábitos y rutinas, igual que muchos otros rituales que podamos establecer durante el día que nos inviten a mantener una conducta saludable.

En qué no creo:

  • No creo que alcalinice o aumente el pH de la sangre, para eso nuestro organismo tiene dos sistemas celulares especializados.
  • No creo que detoxifique el cuerpo, para eso tenemos el intestino grueso, hígado y los riñones que eliminan todos los desechos que consumimos y producimos.
  • No creo que ayude a quemar grasas, para eso debemos disminuir la ingesta o  aumentar el gasto de calorías.
  • No creo que potencie el sistema inmunológico más que otros alimentos, porque el aporte de vitamina C es muy bajo.

Adicionalmente, yo he encontrado una manera más de incluir semillas de chía en mi alimentación, que SI considero muy buenas y de las que hablaré en otra oportunidad.

Para finalizar, creo que estamos en la era de la búsqueda de la vida perfecta, que debe englobar salud, felicidad plena, inteligencia y éxito entre muchas otras cosas.  Seguimos casi a ciegas «modelos humanos» que soñamos con alcanzar.  Tomemos lo bueno, lo lógico, lo sano, pero con criterio.  No creamos todo sin cuestionar y si seguimos alguna recomendación seamos capaces de valorarla justamente y con expectativas reales, incluso las mías. Sin embargo, antes de satanizar algún hábito que puede ser probablemente inocuo, luchemos contra lo que realmente nos enferma.

 

 

2. Evita el ayuno, realiza 4-5 comidas diarias de calidad.

Cada día de los pacientes escuchamos realidades, hábitos, horarios de trabajo, responsabilidades y agendas para todos los gustos. La mayoría justifica su estado actual, al punto de no poder hacer ninguna modificación bien porque supone reorganizar múltiples aspectos de la rutina o ese miedo tan grande que tenemos al cambio desde el momento en que es simplemente una propuesta.

Algo que he aprendido en los últimos meses, es que cada persona es experta en si misma y sabe que tan factible es poner en marcha esas modificaciones que proponemos. Pero también se que existen pequeños cambios que traen grandes beneficios y que si la propuesta lleva una explicación y está acompañada de motivación, en poco tiempo se convierte en hábito.

Por esto hoy, continuando con el desarrollo de mi TOP 10 quiero explicar porqué recomiendo evitar el ayuno, desayunando a diario y haciendo comidas de calidad cada 4-5 horas.

El ayuno es una situación metabólica que se da por la mañana cuando hemos pasado toda la noche sin comer, en general 10 a 12 horas. Es un proceso normal que tiene como finalidad evitar los niveles bajos de nutrientes productores de energía como la glucosa, gracias a un complejo mecanismo hormonal.

De forma sencilla, justo después de comer cuando estamos absorbiendo nutrientes se estimula la secreción y absorción de insulina que se encarga de transportar y almacenar energía para la células a partir de la glucosa, además de fabricar nuevas proteínas y lípidos, que cuando están en exceso se guardan para el momento en que sean necesarios. Pasadas 4 a 6 horas si no comemos de nuevo, el estimulo de disminución de la glicemia (glucosa en sangre) e insulinemia (insulina en sangre) porque ya no absorbemos alimentos, hace que se pongan en acción las hormonas contrarreguladoras, como el cortisol, que se encargan de mantener los niveles normales a partir de esas reservas guardadas en ejido graso, hígado y músculo, produciendo glucosa, ácidos grasos libres y cuerpos cetónicos que proporcionarán energía a las células, especialmente el cerebro, hasta la próxima comida.

Si bien este mecanismos funciona adecuadamente en condiciones normales, cuando se prolonga y repite nuestro cuerpo comienza a funcionar como en situación de hambruna. Sabemos que situaciones de ayuno prolongado de sociedades en la antigüedad han provocado una reprogramación genética en descendientes de “ahorro calórico” aumentando el riesgo de obesidad. También sabemos que la secreción de cortisol produce resistencia a la acción de la insulina. Por último, cada día hay más estudios que confirman que la dieta actual nos mantiene en un estado de inflamación crónica que empeora el funcionamiento de nuestro delicado mecanismo hormonal, empeora la resistencia a la insulina y sus niveles continuamente elevados hacen que al no trabajar adecuadamente, no utilicemos bien los nutrientes y aprovechemos la energía.

Conclusión, aunque pueda parecer atractivo eso de forzar a nuestro cuerpo a utilizar sus reservas dejando de comer por unas horas, es muy poco saludable en mi opinión a miras de la evidencia actual. Con nuestra alimentación somos capaces de alterar mecanismos perfectos que nos han mantenido vivos por milenios y poco a poco alterar la expresión de nuestros genes y de los genes de nuestros descendientes. Así que, mi recomendación es que debemos alimentarnos, mantener un ritmo de comidas sano con 3 comidas principales y 2 meriendas, cubrir nuestro requerimiento o adaptarlo a nuestras necesidades físicas y sociales, buscar el equilibrio.

1.Hidrátate, no esperes sentir sed.

hidratacionAunque ha sido eternamente olvidado y se ha dejado de lado, el agua es un nutriente esencial por que es la base de funciones tan vitales como la regulación de la temperatura corporal, el metabolismo y la eliminación de sustancias tóxicas de nuestro cuerpo.

Dependiendo de la edad y sexo más de la mitad de nuestro peso corresponde a agua (50-80%). Nuestro organismo logra mantener este porcentaje gracias a un fino mecanismo de regulación en el que participan el cerebro, el tracto digestivo y los riñones entre otros órganos. Durante todo el día se producen pérdidas corporales a través de la sudoración, la respiración, la orina y las heces, que dependen del calor, la actividad física que realizamos, lo que ingerimos y situaciones especiales como puede ser la presencia de alguna infección. Si no hacemos frente de manera adecuada a las demandas a través de la ingesta podemos entrar en balance negativo o deshidratación, momento en que se desencadena el mecanismo fisiológico de la sed. Por lo cual, cual sentimos sed ya estamos en cierto grado deshidratados.

Pero, ¿cuánta agua debemos ingerir?. El aporte de agua procede del consumo de líquidos, de los alimentos y de la producida internamente. La necesidad de cada quien dependerá de la edad, el sexo, la actividad física, el ambiente donde se encuentra y cualquier condición especial que pueda presentar. Así tenemos:

  Ingesta total (L/día) Ingesta en bebidas(L/día)
Lactantes 3 vasos (0,7)
Niños (1-3 años) 5,5 vasos (1,3) 4 vasos (0,9)
Niños (4-8 años) 7,5 vasos (1,7) 5 vasos (1,2)

 

Hombres

(9-13 años)                   

(14-18 años)             

(19->70 años)

 

10,5 vasos (2,4)

14 vasos (3,3)

16 vasos (3,7)

 

8 vasos (1,8 L/día)

11 vasos (2,6 L/día)

13 vasos (3,0 L/día)

Mujeres                

(9-13 años)

(14-18 años)

(19->70 años)

 

9 vasos (2,1)

10 vasos (2,3)

11,5 vasos (2,7)

 

7 vasos (1,6 L/día)

8 vasos (1,8 L/día)

9 vasos (2,2 L/día)

1 Vaso = 240 mL

TOMADO del Observatorio de Hidratación y Salud (Fuente NHANES III)

www.hidratacionysalud.es (consultado 14/07/2015)

 

Como se puede observar, diariamente parte del aporte de líquido lo ingerimos en forma de alimentos y preparaciones. Sin embargo, debemos beber una cantidad importante. Esas bebidas deben ser idealmente:

  • Acalóricas como agua, infusiones sin azúcar, café sólo.
  • Calóricas, pero nutritivas como zumos de frutas, lácteos. Estas bebidas deben ser de origen natural (fruta) y no tener azúcar ni colores o sabores artificiales en el caso de lácteos.
  • Bebidas opcionales como vino, por su beneficio antioxdante, que está presente sólo en la ración recomendada de 1 copa/día para mujeres y 2 copas/día para hombres, mayores de edad. Cuando se consume más de lo recomendado los efectos perjudiciales superan los beneficios.

Además no se debe abusar del café, té y bebidas alcohólicas porque tienen efecto diurético, por lo que no ayudan a mantener la adecuada hidratación del organismo.

Una vez que comiences a cubrir tu requerimiento de líquidos al día notarás que tus orinas son más claras y tu riñón lo agradecerá, tu resistencia a la actividad física mejorará porque tu corazón funcionará mejor, las piernas y brazos se moverán con mayor facilidad porque las articulaciones estarán lubricadas, tu piel se verá más lisa y además te olvidarás del estreñimiento, entre muchas otras ganancias.

Revisa como se comporta tu cuerpo ahora y no esperes para empezar a hidratarlo mejor.

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¿Por qué o para qué desayunar?

No es raro encontrar en la consulta pacientes que no acostumbran desayunar o que les sorprende la importancia que le damos al desayuno dentro de la pauta nutricional.

Suelo interrogar muy los hábitos e indagar en los aspectos que están dispuestos a negociar para ir adaptando su vida con hábitos saludables.  El rey de los hábitos saludables es DESAYUNAR.

¿Para qué desayunar?

  • Es la primera comida del día, luego del periodo más largo de ayuno que el ser humano debe realizar que supone un descanso reparador.  Durante este tiempo los niveles de glucosa se mantienen estables debido al reposo y ala acción de hormonas reguladoras (insulina y glucagon).  Pero si este tiempo se alarga y comienza la actividad, se activan diferentes vías para proveer al cerebro y los músculos del sustrato energético por excelencia: la glucosa.
  • Es fundamental el aporte externo de glucosa, además de otros nutrientes para el adecuado funcionamiento de cerebro y músculos, es decir pensar, concentrarnos y movernos.
  • Debe cubrir el 25% del requerimiento calórico total.  Si desayunas distribuirás de manera más equitativa las calorías durante el día, por lo cual tendrán menos ansiedad y hambre en el resto de las comidas.
  • Es el momento perfecto para incluir alimentos primordiales como: cereales integrales altos en fibra, lácteos, frutas y algún proteico.

Como todo lo podemos adaptar a las necesidades de cada quien.  Si tu ritmo de vida no te permite desayunar antes de salir de casa, lo que debes hacer es tomar algo ligero y fácil de preparar (lácteo, cereal, batido) y en las próximas dos horas, dos horas y media desayunar, merendar o tomar un tentempié con alimentos variados (pan, vegetales, proteico y fruta).

En Recetas les dejo mi desayuno favorito.

¡Qué tengas muy buen día!

 

Mi desayuno favorito

A continuación, les dejo la receta muy sencilla de uno de mis desayunos preferidos.  No tardo más de 10 minutos, es muy completo y me produce saciedad por un buen rato, suficiente para hacer mil cosas durante la mañana hasta que tengo tiempo de merendar.

AVENA (2 pociones)

  • 6 cucharadas de Avena (80g): mitad en copos y mitad salvado.
  • 1 taza de agua. (240mL)
  • 1 taza de leche semidesnatada (desnatada, deslactosada o vegetal según la preferencia).
  • 1 cucharadita de canela molida.
  • Fruta picada y frutos secos para acompañar.

Colocar en una olla pequeña a fuego bajo la avena con el agua hasta que se hidrate.  Añadir la leche y la canela, batir con un batidor de mano para evitar que se peque y para que quede más cremosa hasta que espese (5 minutos).

Servir y agregar fruta picada de su preferencia según ración indicada en el plan de  alimentación y máximo 3 nueces o 6 almendras sin sal.  Se puede agregar edulcorante tipo Stevia al gusto, cacao en polvo o 1 cucharadita de miel de abejas artesanal. ¡Así mis hijos se la comen de maravilla!

INFORMACIÓN NUTRICIONAL (por ración): 200 kcal / 14g HC / 4,2g Prot / 2g Grasas / 4g fibra.

¡Qué mejor manera de comenzar el día!

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Alimentación CON CIENCIA o CONSCIENTE

Hace un tiempo ya la sociedad ha comenzado a tomar el tema de la alimentación y la salud como un asunto que está al alcance de todos, interesante y hasta de moda. Esta tendencia no tiene más que alegrarnos a los que lo hemos estudidado como profesión y medio de vida, ya que pareciera que esta tendencia pudiera disminuir los índices de enfermedades con causas o consecuencias nutricionales.

Sin embargo, no es así.  Si bien el interés y los medios actuales (redes sociales) traen una avalancha de información accesible y pareciera que todo lo que nos venden, desde comida hasta zapatos, se relacionan con personas felices, sanas y con un peso saludable. Sin darnos cuenta las enfermedades metabólicas, no trasmisibles del adulto, trastornos alimentarios, etc., cada día son más prevalentes.

Sólo basta con revisar la información que aporta la Organización Mundial de la Salud (OMS) actualizada constantemente, para saber que:

  • Desde 1980, los índices de obesidad se han más que duplicado en el mundo.
  • En 2014, más de 1900 millones de adultos de 18 o más años tenían sobrepeso, de los cuales más de 600 millones eran obesos.
  • La mayoría de la población mundial vive en países donde el sobrepeso y la obesidad cobran más vidas que la desnutrición.
  • En 2013, más de 42 millones de niños menores de 5 años tenían obesidad.
  • La obesidad es PREVENIBLE.

OMS. Nota descriptiva Nº311. Enero, 2015.

Estos números no cambian para mejor, sino por el contrario cada día se añaden ceros.  Definitivamente, la estrategia global no ha sido efectiva.  Hemos vivido con una oferta desmesurada de alimentos, con poca calidad y gran densidad calórica.

Por otra parte, proliferan expertos en nutrición, motivadores y comunicadores que no siempre ofrecen el mejor mensaje y que trasmiten modelos de vida, difíciles de extrapolar a la población general.  Con todo esto,  lo que nos queda a nosotros médicos, nutricionistas, endocrinólogos y dietistas, es perder el miedo y saltar al mundo de las redes, para comunicar y educar CON CIENCIA y conscientes de nuestro conocimiento.  Debemos adquirir herramietas comunicacionales efectivas para llevar el mejor mensaje basado en evidencia científica.  Este es el objetivo principal con este medio: poner en las manos de todos los que nos lean y consulten información relacionada con la alimentación, adaptable a la vida de todos, científicamente comprobada y que siempre sea un beneficio para la salud.

Termino con el concepto de dieta tomado del Libro Blanco de la Nutrición en España, de la Federación Española de Nutrición en 2013, que en mi opinión engloba la realidad nutricional y que una vez comprendido e interiorizado, los profesionales de la salud podremos hacer mejor nuestro trabajo.

«DIETA: Comportamiento más o menos consciente, colectivo y siempre repetitivo que conduce a seleccionar, preparar y consumir un alimento o menú como parte de las costumbres sociales, culturales, religiosas, y que está influenciado por múltiples factores.»